Las hormigas carpinteras se encuentran entre las especies de hormigas que más se ven en el interior y exterior de la casa. Son por lo general grandes y de color negruzco a muy oscuro, presentando bandas muy tenues de color grisáceo en el abdomen.
Las hormigas al hacer sus nidos suelen debilitar las estructuras de las construcciones debiéndose efectuar el recambio de la madera afectada.
Las obreras forrajeras tienen mandíbulas bastante grandes, con las que pueden morder o dar un pellizco fuerte.
Estas hormigas excavan galerías en la madera, de aspecto limpio y liso.
Estas galerías generalmente las cavan en madera húmeda o podrida, aunque también lo pueden hacer en la madera sana. Las hormigas carpinteras no utilizan la madera como alimento, únicamente para hacer sus nidos.
Pueden entrar a las casas en los leños, rama de árboles y alambres que estén en contacto con las paredes estableciendo posteriormente sus colonias en las puertas, marcos de las ventanas, techos, chimeneas u otras áreas que tengan cavidades.
Las hormigas carpinteras hacen sus galerías en sentido de la veta de la madera y prefieren seguir las áreas más suaves de las mismas. Los pequeños fragmentos de madera que resultan de la excavación son cargados y depositados en el exterior. Algunas veces se forman pequeños montículos en forma de cono debajo de las entradas al nido. Estos montículos son de gran ayuda, durante la inspección, para localizar el nido.
La dieta de la hormiga carpintera incluye una gran variedad de animales y plantas. Se alimentan de otros insectos vivos o muertos y de casi todo lo que consume el humano. La secreción dulce de los pulgones es muy atractiva. También se alimentan de dulces y comida que encuentran en la cocina y alacenas incluyendo: miel, gelatinas, azúcar, carne, manteca y grasas.